La Esquina de Hugo , noticias Miércoles, 28 enero 2015

Carta de disculpas a los jóvenes peruanos

Hugo Coya

Periodista interesado en los silencios ensordecedores
Foto: Supay Fotos

Foto: Supay Fotos

Lima, enero de 2015

Queridos jóvenes:

Les escribo esta carta para pedirles disculpas por el país y el planeta que les estamos dejando.

Quizás sientan, en estos momentos, dudas acerca de que si alguna vez fuimos tan jóvenes como ustedes, si nuestras escasas cabelleras canas estuvieron completas, si poseíamos la piel tersa o, incluso, si compartíamos sus mismos afanes e ideales.

Lo cierto es que, en una época no tan lejana, pretendimos cambiarlo todo, hacer que heredasen un mundo mejor, sin corrupción, demagogia, desempleo, calentamiento global, desigualdad, exclusión social, prejuicios, discriminación o fanatismo religioso. Queríamos que hubiese más y mejor educación, salarios dignos, libertad de expresión irrestricta, igualdad de género, políticos honestos y todo ese largo etcétera que se traduce en una auténtica democracia.

Sin embargo, a la luz de los resultados, no lo hemos logrado. Puede que fuéramos demasiado jóvenes, demasiado ingenuos, demasiado impetuosos.

Quizás por eso lucimos ahora tan cansados, tan cómodamente resignados, tan complacientes, tan coludidos con el poder, tan monocordes, tan parecidos a nuestros padres y abuelos (algunos incluso a sus propios tatarabuelos), tan cercanos a aquello que rechazábamos en las calles, en las plazas, en las universidades, en los colegios o centros de labores. Eso demuestra que la evolución puede resultar también en una involución.

Personas –como yo– los vemos ahora con cierta nostalgia, observando la forma en que han peleado por sus derechos, constatando, lamentablemente, que muchos de mi generación y de generaciones anteriores han desistido o se coludieron con quienes creen todavía que el desarrollo y la prosperidad se miden apenas por índices macroeconómicos o se alcanzan con el menoscabo, el recorte, el abuso, el atropello, el prejuicio, la discriminación o a través de fórmulas matemáticas desarrolladas en oficinas con aire acondicionado.

Ojalá que nuestros errores les sirvan a ustedes y consigan aquello que nosotros no logramos: hacer del Perú y de este planeta un lugar más justo, más solidario, más libre… más humano.

Ustedes, sus hijos y los hijos de sus hijos se lo merecen.

Con el aprecio de siempre,

Hugo Coya

Hugo Coya

Periodista interesado en los silencios ensordecedores